Makura no Soshi

El Makura no Soshi o "Libro de la almohada" es un diario del año mil escrito por Sei Shonagon, influyente en la literatura japonesa.
Makura-No-Sōshi

El Makura no Soshi o “Libro de la almohada” es una de las piezas imprescindibles de la literatura japonesa. Escrito hacia el año 1.000, este particular diario íntimo de Sei Shonagon, dama de la corte imperial de Heian, ofrece una fascinante visión de la vida cortesana de la época, además de dejar una profunda huella en las corrientes literarias que se han dado en el país desde entonces.

Tabla de contenido

Makura no Soshi de Sei Shonagon

El diario íntimo de Sei Shonagon es una obra única en la literatura japonesa. A pesar de su apelativo, no sigue el formato convencional de una bitácora occidental, ni se adhiere al estilo contemporáneo de los diarios japoneses de la época Heian. En lugar de ofrecer informes detallados en orden cronológico sobre las vivencias cotidianas de la escritora, presenta fragmentos dispersos que abordan diversos temas.

Algunos fragmentos narran acontecimientos en los que la autora participó o presenció, mientras que otros se centran en impresiones sobre cosas o personas, describiendo pequeñas escenas sin conexión temporal ni personajes claramente definidos. En conjunto, Makura no Soshi se asemeja a un retablo impresionista que revela destellos de la vida en el Japón Heian vistos a través de la perspectiva única de Sei Shonagon.

Este tipo de obra literaria se presenta como extraordinariamente exótica para los lectores occidentales. Proviene de un mundo cuyo refinamiento apenas se vislumbra, con costumbres completamente ajenas a la Edad Media que un americano o europeo reconocería. No obstante, el estilo sencillo y casual de Sei Shonagon, así como sus opiniones y sentimientos, la acercan en ocasiones sorprendentemente a la sensibilidad contemporánea.

¿Qué es un libro de almohada?

La designación “libro de almohada” (Makura no Soshi en japonés) se menciona en el propio texto en relación con lo que la autora planea escribir en unos papeles entregados por la Emperatriz. Sin embargo, no hay evidencia de que ese fuera realmente el título que la dama Sei Shonagon tenía en mente para su obra. En esa época, el término Makura no Soshi hacía referencia a escritos personales que las cortesanas solían registrar, generalmente por las noches en la privacidad de sus habitaciones. Estos escritos se guardaban de manera más o menos confidencial, probablemente, en los compartimentos internos de sus almohadas de madera.

Género de los “libros de almohadas”

Aunque entre los diarios misceláneos o libros de almohadas sólo nos ha llegado el libro de Sei Shonagon, es innegable que hubo numerosos diarios de este tipo a lo largo de la historia japonesa, desde la era Heian hasta la Restauración Meiji. De ellos se origina el género conocido como zuihitsu, que persiste hasta nuestros días. Los Makura no Soshi son un género peculiar. Contienen descripciones de episodios de la vida cotidiana, pero también comparten similitudes con los libros de historia, incluyendo también poemas. Por tanto, se puede concluir que el género del “libro de almohadas” es un crisol de muchos otros géneros, compartiendo así los valores estéticos y conceptuales de la corte Heian.

Las damas Heian, limitadas al mundo cortesano, recrearon su entorno a partir de sus vivencias personales, enriqueciendo el conjunto con elementos propios de las corrientes intelectuales de la época. Ahora bien, las obras escritas por mujeres en aquella época estaban redactadas en el silabario japonés, pues el acceso al mundo de la cultura verdadera, es decir, la cultura china transmitida ideográficamente, estaba prohibido para las damas de la corte.

Okashi de Sei Shonagon

El estilo de Sei Shonagon en el Makura no Soshi se caracteriza por el uso de okashi, concepto que puede traducirse como “belleza elegante” o “encanto”. De hecho, la escritora utiliza ampliamente la palabra okashi, volviéndose hasta repetitiva. Esta predilección por la recurrencia, también presente en otros autores medievales contemporáneos, busca crear un ritmo narrativo dentro del texto. Se trata de un recurso literario que, de alguna manera, acerca la prosa a la poesía introduciendo pequeños rasgos reiterados.

El okashi que impregna el “Libro de la almohada” es quizás más evidente en las delicadas descripciones de la naturaleza, pero no falta en otros episodios. La textura de un vestido, la disposición de un biombo o la mención de flores o árboles llenan instantáneamente el pasaje con ese encantador refinamiento al que aspiraba toda la corte Heian. En resumen, tanto el estilo como la presencia constante de la naturaleza acercan notablemente a Makura no Soshi a la poesía. El libro no es simplemente un texto en prosa; su autora es tanto poeta como prosista.

Sencillez de Sei Shonagon

Otra característica principal del estilo de Shonagon es su sencillez. La escritora no se sumerge en largas y complicadas cadenas de frases, a diferencia de la novela Genji Monogatari, por ejemplo. Es un lenguaje rápido y variado, compuesto exclusivamente de sustantivos japoneses, no chinos. Este estilo, considerado hoy un modelo de pureza y claridad, refleja la sensibilidad de la autora, una mujer de la corte Heian, en una época en la que se valoraba su elegancia y sencillez.

Personajes del Makura no Soshi

Como se dijo, el “Libro de la almohada” es un retrato de la vida en la corte de Heian a través de los ojos de Sei Shonagon, una dama de honor de la emperatriz. Luego, por sus páginas desfilan una serie de personajes, algunos reales y otros ficticios, que nos permiten conocer la sociedad de la época. Los personajes más importantes son, sin duda, el emperador y la emperatriz, por quienes la autora profesa una gran admiración.

También aparecen otros miembros de la corte, como Yoshichika, el consejero medio; Sanekata, el capitán de la guardia; el caballero Nagakira; la dama Ukon; el capitán Tsunefusa y el consejero imperial Tadanobu. Junto a estos personajes, Shonagon también nos presenta a otros, a quienes describe con un toque de ironía o sarcasmo. Entre ellos se encuentran Narimasa, un hombre paciente y resignado, o Masahiro, un hombre sencillo y crédulo.

Los personajes de Makura no Soshi no forman parte de una trama premeditada. Aparecen y desaparecen a lo largo del libro a medida que la autora describe varios aspectos de la vida cotidiana. Algunos son mencionados sólo una vez, mientras que otros reaparecen varias veces, formando un conjunto diverso y cambiante.

¿Quién es Sei Shonagon?

La autora del “Libro de la almohada”, Sei Shonagon, es una figura enigmática. Poco se sabe sobre ella, y lo que se conoce se limita a los datos que ella misma comparte en su obra. Su nombre real es motivo de incertidumbre. Shonagon, que significa “consejero menor”, era más un título administrativo que su nombre de pila. Algunas tradiciones la mencionan como Nagiko, aunque no existe certeza al respecto.

Se estima que nació alrededor del año 965 d.C., siendo hija de Kiyohara no Motosuke, un funcionario provincial. Su servicio en la corte tuvo lugar como dama de la emperatriz Sadako (977-1000), consorte del emperador Ichijo (987-1011), durante la última década del siglo. 

Se sugiere que pudo haber estado casada con el oficial Tachibana no Norimitsu, con quien, según algunos, tuvo un hijo. Aun así, detalles sobre su residencia o estilo de vida antes y después de su tiempo en la corte permanecen desconocidos. La tradición que insinúa su muerte en la pobreza probablemente sea una narrativa moralizante surgida en tiempos posteriores.

Dama de la corte Heian

En general, la autora evita referirse directamente a sí misma. Sin embargo, en ocasiones, accede a mencionar los elogios que ha recibido, aunque se disculpa de inmediato por hacerlo. Un ejemplo de esto se encuentra en el capítulo 86 del Makura no Soshi, donde relata que Yukinari elogió efusivamente un breve escrito suyo ante el canciller y un grupo de cortesanos. Ante este elogio, el canciller mostró un gran interés en que Sei Shonagon continuara la historia. Con todo, en lugar de revelar cómo se resolvió este asunto, la escritora concluye la anécdota con una franca declaración de que le resulta desagradable elogiar sus propias habilidades.

Por lo general, Sei Shonagon se presenta como una más entre las damas de la corte. Participa en las ceremonias que lo requieren y observa con gran curiosidad todo lo que ocurre a su alrededor. En la corte Heian, altamente ritualizada y meticulosa, similar a la bizantina en la importancia y significado que otorga a cada detalle, Shonagon encuentra innumerables oportunidades para hacer observaciones perspicaces. Asimismo, comenta sobre todo lo que presencia y describe una amplia variedad de elementos desde perspectivas altamente personales e imaginativas. Sus listas de cosas asociadas a impresiones alcanzan niveles de originalidad difícilmente igualables. ¿Cómo no sorprenderse ante ocurrencias como incluir el "interior de la oreja de un gato" entre las “cosas escuálidas” o calificar la “expresión de una mujer depilándose las cejas” como una "cosa que da una impresión patética"?

Vida cortesana de Shonagon

Las descripciones de Shonagon de la vida en la corte revelan su temperamento sensible y su aguda observación de los detalles. En sus relatos no escatima en detalles sobre vestimenta, objetos y gestos. Una simple cortina puede desencadenar una extensa divagación, y una historia de un episodio de amor puede interrumpirse para resaltar la grata impresión que producen las mangas impecablemente arregladas de los caballeros que esperan elegantemente junto a la pared mientras una dama se digna abrir su puerta. Esta atención al detalle refleja la pasión de Shonagon por la vida cortesana. Para ella, la corte era un mundo de belleza, sofisticación y sutileza. Disfrutaba de ceremonias, banquetes y reuniones sociales. Le encantaba la ropa, las joyas y los objetos de arte.

Sin embargo, Shonagon no fue simplemente un observador pasivo. También participó activamente en la vida cortesana imperial. Era una mujer inteligente y perspicaz, y sus observaciones revelan sus puntos de vista sobre la sociedad de su época. En el capítulo 12 del Makura no Soshi, expresa su disgusto por las mujeres que llevan una vida doméstica. Para Shonagon, estas mujeres son prisioneras de su propio círculo. Están confinadas a una existencia rutinaria y sin perspectivas. No tienen la oportunidad de experimentar la belleza y la sofisticación de la vida en la corte. La autora siente compasión por estas mujeres. Ella piensa que están desperdiciando sus vidas. Desearía que pudieran experimentar la vida en la corte imperial y descubrir sus maravillas.

Shikibu Murasaki: rival literario

Inteligente y sensible, culta e ingeniosa, la escritora no ha dejado de cautivar a los estudiosos que han repasado su figura. Sei Shonagon era, por tanto, probablemente el tipo de mujer al que nadie era indiferente. Prueba de ello es el cruel pasaje que dedica en su diario íntimo su gran rival literario, Shikibu Murasaki, autora de la novela Genji Monogatari.

Según Murasaki, Sei Shonagon es la persona más satisfecha de sí misma que jamás haya visto. Y, no obstante, continúa, si uno se toma la molestia de examinar esas cartas suyas que tan presuntuosamente siembra, descubre que están llenas de errores. Murasaki dice: aquellos que se esfuerzan tanto por destacar terminan cayendo en desgracia. Aunque reconoce el talento de Sei Shonagon, advierte que si continúa expresando salvajemente sus emociones y espiando cada detalle que encuentra, la gente podría verla como frívola. ¿Cómo, se pregunta Murasaki, pueden irle bien las cosas a alguien con esa actitud?

Viendo estos comentarios, no es difícil entender por qué, en una de las pocas referencias a sí misma en el “Libro de la almohada”, Shonagon afirma aborrecer lo que otros admiran y disfrutar lo que ellos detestan. Esta afirmación, a falta de otras fuentes contemporáneas, probablemente resume con precisión la complejidad de su personalidad.

Bibliografía: Serra, I. S. (2013). Historia breve de Japón.